En un panorama educativo donde la masificación y la impersonalidad amenazan la calidad de la enseñanza, el Colegio Santa María se erige como una alternativa innovadora y profundamente humana para la formación de niños y jóvenes. Con el proceso de admisión 2026 ya en marcha, la institución invita a las familias a conocer su proyecto educativo, basado en el método exclusivo RIE (Recrear, Innovar, Evangelizar) y en un modelo de atención personalizada con aulas que no superan los 20 estudiantes.
Frente a la pregunta de por qué los padres deberían elegir Santa María, su directora, Alejandra Saavedra, fue enfática: “Porque aquí no formamos números, formamos personas. En un mundo que cambia a velocidad vertiginosa, nuestro desafío no es solo llenar de contenidos a los estudiantes, sino dotarlos de las herramientas cognitivas, emocionales y espirituales para que se desenvuelvan con éxito y sean agentes de cambio positivo. El método RIE es el corazón de este propósito”.
El método RIE, sello distintivo del colegio, se estructura en tres pilares fundamentales: Recrear el conocimiento, yendo más allá de la memorización para que los estudiantes lo comprendan y lo apliquen en contextos reales; Innovar a través del uso de tecnología y metodologías activas que despiertan la curiosidad y el pensamiento crítico; y Evangelizar, formando en valores sólidos y una conciencia social que contribuya a construir una comunidad más justa y solidaria.
“RIE no es un eslogan, es una práctica diaria en cada aula”, explica la directora Saavedra. “Significa que un niño no solo aprende una fórmula matemática, sino que recrea el problema, innova en la búsqueda de la solución y, en el proceso, aprende el valor de la perseverancia y el trabajo en equipo, que es la parte de evangelizar la cotidianidad”.
Además de su metodología única, el Colegio Santa María, que opera bajo la modalidad privada y subvencionada para ampliar su acceso, destaca por su firme compromiso con la inclusión. “Ser un colegio inclusivo va más allá. Nuestras aulas son un microcosmos de la sociedad, donde cada estudiante aprende del otro desde el respeto”, añade Saavedra.
Este enfoque individualizado es posible gracias a una política deliberada de grupos pequeños. Con menos de 20 alumnos por salón, los profesores pueden realizar un seguimiento meticuloso del progreso de cada niño, identificando sus fortalezas y áreas de oportunidad de manera oportuna.
La formación se complementa con una amplia oferta de talleres extracurriculares diseñados para ser atractivos y desarrollar habilidades integrales, siempre alineados con la filosofía RIE.
“Al final del camino, lo que queremos es entregar a la sociedad jóvenes seguros de sí mismos, críticos, creativos y, sobre todo, buenas personas. Ese es el verdadero resultado de una educación de calidad”, concluye la directora Alejandra Saavedra.
